Bueno…
En ocasiones “el asunto” en cuanto a comprensión de ciertas cosas se complica, nos vemos perdidos en los por qués.
Por qué se usa esto y no aquello?
Por qué tal o cual arquetipo?
Por qué no encuentro esta planta, o esta piedra?
Es posible sustituirla/o y con qué, en base a qué?
Son algunas preguntas que surgen, especialmente al principio de nuestras prácticas.
Es ahí donde uno tiene que aprender a buscar analogías! Esto es algo sumamente importante para el/la practicante de Magia.
Es más, es imprescindible!
Si uno lee un libro (es frecuente encontrar textos dónde se dan las pautas para realizar tal o cual trabajo, según indica x autor) y se queda en la superficie, jamás será capaz de crear su propia metodología.
Establecer nuestra manera de operar, sabiendo lo que hacemos, nos permite escoger y dar nuestro “toque personal.
Esto tiene como consecuencia que al usar elementos afines a nosotros todo fluye con más facilidad, pues uno aplica su visión, su comprensión, su simbolismo al trabajo mágico.
Siempre digo: Jamás uses algo con lo que no te sientas afín en el Arte!
Cualquier cosa que nos haga sentir incómodos, puede llegar a distraernos del proceso, alejándonos del resultado esperado. Si no te gusta el olor de la Ruda , aunque sea una planta usada para trabajos de protección y para tratar la negatividad, no la uses, sustituyela!
Usar algo con un aroma que detestas como protección, no tiene el mínimo sentido, lógicamente!
Esto no deja de ser un ejemplo, pero puede extrapolarse a todo lo demás.
Para establecer analogías es preciso tener una visión panorámica y buscar las similitudes que comparte algo con otra (aparentemente otra) cosa.
Cuanta mayor similitud encontremos, más se acercan entre sí y por lo tanto, más posibilidad de sustitución con resultados favorables.
Al trabajar además con simbología (los símbolos son la representación perceptible de una idea arropada por la visión general; es decir sustentada y vinculada al y por el inconsciente colectivo) se nos hace urgente desarrollar esta capacidad.
Así explicado quizás suene sencillo, pero no lo es del todo.
Y por qué?
Bien, por diversas razones.
Para mí, la primera es:
Muchos practicantes del Arte, hoy por hoy, pretender renegar totalmente de su pertenencia a la colectividad.
Soy individual! Gritan frenéticos cual becerro camino al matadero.
Freud diría que tal cosa es un mecanismo de defensa que se denomina Reafirmación del Yo. Pero en fin, Freud está denostado y la mayoría de las personas que hablan sobre Freud, ni siquiera lo han leído…
Sí, ya… Pero no… Uno puede gritar lo que quiera, pero no por eso lleva razón…
Teniendo en cuenta las teorías esotéricas acerca de los registros akhásicos
(un lugar dónde toda vivencia es registrada y del que participaría nuestro inconsciente colectivo. Allí se almacenaría todo lo que ha acontecido desde el inicio de los tiempos y todos los conocimientos del universo), esto supondría, a mi entender, como la pretensión por parte de un individuo de crear su propio registro exclusivo para su uso.
Además de pasarse por el forro la Antropología !! Esta ciencia estudia el origen y el desarrollo de la variabilidad humana y de los modos de comportamiento sociales a través de tiempo y espacio y dentro de la cual estaría integrada la Arqueología , entre varias ramas).
Si este planteamiento hubiese sido tenido en cuenta por los magos antiguos, nunca hubiesen llegado los símbolos a tener el poder que tiene al representar conceptos que la mayoría somos capaces de percibir con total sencillez.
Y si cada cual se quedase con una simbología individual de uso personal en la antigüedad, qué hubiese significado esto en la creación de Egregores?
Si para hacer tal cosa se requiere una sumatoria de fuerzas mentales, físicas y emocionales de las que participen de dos personas en adelante!
Con esto no quiero decir que no flexibilicemos ciertos aspectos si le encontramos sentido.
La siguiente dificultad se que se nos presenta es la necesidad que en ciertos períodos históricos requirió que los magos hiciesen uso de metáforas o incluso reinvención a la hora de designar tal o cual cosa, haciéndonos, por un lado un gran favor, que no es otro que hacernos llegar sus escritos a través de los textos que no sucumbieron a la criba que ejercía la censura eclesiástica; y por otro, un favor flaco, que nos requiere gran dedicación a la hora de entender ciertos fundamentos velados entre palabras elegidas como no queriendo desvelar la importancia que albergan una vez uno.
Sirva de ejemplo lo siguiente:
Uno se hace con un texto que recoge trabajos de época antigua (esto que comentaré es frecuente en la edad Media) y lee:
Consigue un ojo de gato, un pie de paloma y un cuerno de unicornio…
La traducción para nosotros hoy sería tal que así.
Consigue Scabiosa stellata, un pie de Geranium maculatum y una Helonias dionica.
Todo de lo que se menciona aquí son plantas! Pero cómo verlo sin reconocerlo?
He escrito los nombres latinos, porque en cada sitio podrían variar.
Hay varias tablas o esquemas que podemos usar como guía a la hora de trabajar el aspecto que toque, sutilezas que favorecen la consecución de los trabajos que realicemos.
Su uso?
Pues por un lado señalar equivalencias que nos faciliten la elaboración de analogías, facilitarnos la tarea mágica a la hora de sustituir materiales que nos son desarmonicos, por otros que nos resultan más afines, incluso esquematizar simplificando si gustamos de la experimentación o del simple estudio y demás usos que con el tiempo se nos darán…