martes, 14 de septiembre de 2010

Elaboración De Un Mandala Con Cristales



Qué es un Mandala?

Una representación de la Armonía, ni más ni menos. Un símbolo de Totalidad, de ciclos que se completan los unos a los otros, diagramas del microsmos, un espacio sagrado... Generalmente se representa con un círculo inscrito en un espacio cuadrangular.

Esta manera de trabajar con los cristales (o piedras o minerales…) siempre me ha llamado la atención, consiste en elaborar desde una actitud relajada un mandala que nos servirá para conectar con nosotros mismos y enviar fuerza a los aspectos más recónditos de nuesto subcosnciente.

Para tal cosa necesitaremos escoger 9 cristales  (protección, dinero, personalidad, amor, éxito, relajación, sanación, meditación y un cristal o piedra personal)de un tamaño parecido entre sí. 

Este es el modo que recoge el libro “Su Código De Cristal” de Teresa Moorey, que fue el primero de los métodos que me resulto más llamativo (especialmente por su potencial con vistas a otras aplicaciones); aún así el mandala puede conformarse con piedras inferiores o superiores en número, si bien siempre habrá una en el centro. Si sólo deseamos tener en cuenta los cuatro puntos cardinales, la piedra o cristal usada en medio, dará una suma de 5 piedras para empezar (los 4 elementos +1 ;)).

Los estudiantes algo más avanzados, verán que en el método que menciono las piedras hacen un total de 9, con la carga de significado esotérico que esto conlleva (recomiendo investigación al respecto del sentido mágico de los números, para mayor comprensión y aplicación más eficaz, hay textos de autores tales como Levi, Paul Foster Case; pasando por la consideración de los números y su poder en la escuela Aristotélica; y su puesta en relieve por qabalistas y las diversas aplicaciones que encontraron a tal cosa; así como también Alesteir Crowley otros magos de renombre, que contemplaron como importante tal conocimiento para la Comprensión elevada  tales aspectos).

Independientemente de las instrucciones, considerar que: 
algo está perfecto cuando uno/a así lo considera; así que los ajustes oportunos quedan en mano de cada una/o de vosotros/as.

El mandala se monta en dirección a las agujas del reloj (una vez que se han puesto los puntos principales (N,S E y O), salvo en el Hemisferio Austral, dónde la cosa se “mueve” al revés.

Montaje:

Tras poner la piedra central que elegimos como nuestra (representativa o afín a nuestro vibrar), seguimos el montaje tal que así:

Primero marcamos (con las piedras) los cuatro puntos de los Elementos: N, S, E y O.
Y en ellos ponemos, en el orden que indico las piedras que vinculemos a: 
protección (N); éxito (S); personalidad (E) y sanación (O).

Tras ello marcaremos (con las piedras) los subpuntos: N.E, S.E, S.O y N.O.
A ellos les vinculamos (por orden de lectura :
dinero (NE); amor (S.E); relajación (S.O) ; meditación (N.O).

Si lo deseamos podemos usar una vela apropiada o neutra para marcar los puntos principales (N, S, E y O), o incluso poner las herramientas vinculadas a cada punto cardinal.

Podemos también, dejar nuestro mandala fijo, en una zona fuera del alcance de los ajenos y mantenerlo con una finalidad específica que le hayamos designado. Nos vendrá de perlas para ejercicios de visualización, de meditación, de equilibrio e incluso para fines adivinatorios.

Notas:


Recomiendo el uso de un mantel o cartulina cuadrangular, pues el cuadrado nos servirá de sustento (es algo así como poner algo sobre una mesa de cuatro patas) .


Por otro lado, presupongo que la circunferencia no es la única forma geométrica que nos servirá a nuestros diversos fines usando los cristales montados con “sentido común”, pero eso ya dejaría (al cambiar de forma) de ser considerado un mandala desde el punto de vista frecuente, si bien es que los hay, pero por el momento dejo la investigación como tarea pendiente de prácticas.

La cosa es, para que se me entienda:

si podemos usar la pirámide (valga de ejemplo) y su geometría para X finalidad, seguro que el uso y montaje teniendo en cuenta Y aspectos, actua de modo favorable, sólo hay que saber en qué momento aplicar tal o cual forma.

Si colocamos tal composición geométrica como normalmente se requiere (en dirección Norte-Sur, trabajará mejor que la misma composición colocada al azar, pues tendremos en cuenta aspectos magnéticos).

También si el objetivo del mandala es trabajar un aspecto en concreto, podemos tener en cuenta los colores de las piedras, cristales, gemas o minerales elegidos.

Sirva esto de inspiración!

Y es más, en cuanto a la posibilidad de la combinación de las figuras geométricas esenciales, esto me lleva a la representación de las mareas Velocias o Tattvas; donde un elemento participa de otro.

Ahhh, vaya…
Se abre ante mí otro nuevo frente?